GAZPACHO
ANDALUZ
Cuántas
veces habré oído yo eso de: "el gazpacho auténtico es una bebida fresquita
que se toma en vaso". Esto es lo mismo que decir que el verdadero chuletón
es un tasajo de carne cruda que se fagocita pringándose de sangre hasta la barbilla. Nosotros,
que tenemos vocación gourmet, intentamos prescindir de consideraciones de lo
auténtico o no auténtico para centrarnos en el "¿cómo podría estar
mejor?"
Ingredientes (para 4
personas):
- 3,5 kilos de tomates en rama maduros.
- 1 kilo de tomate de ensalada con poca pulpa y corteza gruesa.
- 2 vasos de aceite virgen extra picual.
- Chorreoncillo de vinagre de vino blanco (un mínimo para no abastarlo).
- Sal.
- Medio pimiento verde italiano (si es pequeño) o un pelín más de un cuarto (si es grande).
- Un cuarto de cebolla dulce o cebolleta.
- Medio ajo, si es grande, o un poco más de un cuarto, si es pequeño.
- Un cuarto de pepino.
Como
se puede observar, la cantidad de aditamentos vegetales que acompañan al tomate
es mínima, pues el gazpacho no debe perder su verdadera naturaleza de crema de
tomate. Es, por ello, fundamental gastarse la pasta en tomate, tanto en calidad
cuanto en cantidad. Los tomates "maderosos" de ensalada servirán para
espesar, sin que haga falta recurrir a la odiosa miga de pan. Éstos sí que son
fáciles de conseguir, pues en cualquier supermercado te venden un tomate impresentable
sin pulpa y con más corteza que la cabeza de La Cibeles.
Preparación:
Troceamos los tomates, la cebolla, el pimiento, el pepino y el ajo y todo ello lo introducimos en una olla o bol grande. Añadimos la sal, el aceite de oliva y el vinagre.

Pasaremos
la mezcla por un chino.
Dejar reposar en la nevera un par de horas antes del
siguiente paso a fin de que se produzca un punto de "maceración" más
acusado y, por ende, de intercambio y maduración de sabores.

El resultado: cremoso, suave, delicado, espumoso...
